Patagonia y la importancia de la coherencia corporativa

¡La Tierra es ahora nuestro único accionista! así inicia la carta que escribió Yvon Chouinard, fundador de la empresa Patagonia, especializada en ropa y equipos para actividades de aventura, en la que anuncia su decisión de donar la empresa que creó hace 50 años a la lucha contra el cambio climático.

El valor de la empresa se estima en US$3.000 millones y antes de este anuncio la empresa ya donaba el 1% de sus beneficios anuales a organizaciones y grupos ambientales, pero en palabras del propio Chouinard, “era necesario hacer más”.

Desde setiembre de 2022 se entregaron el 100% de las acciones a un fideicomiso que garantiza la sostenibilidad de Patagonia y se invertirá la totalidad de las utilidades, alrededor de 100 millones de dólares al año, para conservar y regenerar el planeta mediante el apoyo a organizaciones de la sociedad civil que puedan demostrar el impacto de su labor en la protección del medio ambiente.

Esta acción, que ha dado la vuelta al mundo, ejemplifica de manera fiel a una marca que tiene claridad sobre su propósito corporativo.

El propósito corporativo aporta sentido y conciencia a las empresas, delimita su desarrollo estratégico y les permite responder para qué y por qué están en el mundo.  A partir de estas respuestas se tiene claridad sobre la definición de las acciones del negocio en procura de distribuir valor, construir diferenciación y adquirir conciencia del impacto de la gestión.

Los stakeholders o partes interesadas demandan de las empresas un nuevo liderazgo basado en valores y un modelo de hacer negocios sustentado en compartir y distribuir valor en donde se procure un bienestar integral con todos los sectores con los que interactúa la organización.

No en vano en la sétima edición del estudio Approaching the Future, que fue presentado en junio de este año por Corporate Excellence y que recopila las 16 tendencias más relevantes para las empresas en materia de reputación, la tendencia del propósito corporativo escaló 12 puntos de 2021 a 2022.

Como lo mencionó Yvon Chouinard, hoy las empresas “necesitan hacer más” y esas acciones deben ser coherentes con lo que comunican y prometen.  Las acciones y los hechos son el parámetro que determina la diferencia en las percepciones de nuestros stakeholders.

El propósito es un impulso transformador que debe ser respaldado y materializado desde la alta dirección, compartido y abrazado desde el interior de las empresas y transparente y evidente para las partes interesadas externas.

De cara al proceso de planificación estratégica que desarrollan las empresas en este último trimestre del año, lo invitamos a preguntarse junto a su staff gerencial ¿para qué y por qué está nuestra empresa en este mundo?, ¿qué impacto queremos generar?, ¿qué valor estamos entregando y compartiendo con la sociedad que nos rodea?

Las respuestas a estas interrogantes les podrían ubicar frente a un edificante ejercicio estratégico que podría impactar de manera significativa la reputación de su empresa en el próximo 2023.

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